Evidencia Neuroanatómica (Parte 3)
Hemos visto que el estado que podamos tener de nuestro cuerpo, así como la representación actualizada y certera que tengamos de él, es una condición determinante en nuestros procesos de toma de decisiones y razonamiento (TDR) y en nuestras emociones. Una lesión en la corteza somatosensorial derecha, conlleva una incapacidad de hacerse una representación mental de nuestro cuerpo; pero al mismo tiempo, produce una merma de nuestro funcionamiento emocional y de nuestro proceso de TDR. Lo anterior sugiere que al fallar la información que tenemos sobre nuestro propio cuerpo, fracasa también uno de los objetivos de nuestro proceso emocional, consistente en reconocer a través de nuestras sensaciones, los estados somáticos subyacentes a cada emoción.
Podríamos decir que las emociones son el lenguaje a través del cual el cuerpo comunica su estado y que un daño en nuestra corteza somatosensorial derecha, impide que podamos recibir dicho mensaje. Esta sería la razón por la que estos pacientes fracasan sistemáticamente en los procesos de TDR. El cuerpo se ve impedido de comunicar su estado actual con lo que se perdería esta importante información. Podríamos suponer que esto es una herencia de nuestro pasado filogenético, cuando las decisiones que solíamos tomar como especie, estaban mucho más relacionadas con cuestiones de supervivencia inmediata. En aquella época los datos sobre nuestro cuerpo, debieron ser mucho más relevantes para la sobrevivencia de lo que pueda resultar hoy.
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