El mundo ya no es el mismo. El conocimiento se acumula a una velocidad impensada y cambios o procesos que solían tardar años, requieren ahora de pocos días. La “sociedad de la información” nos enfrenta a una realidad compleja y desconocida que exige respuestas rápidas. Parece haber cierto consenso en que la posibilidad de producir y gestionar el conocimiento cobrará una relevancia crucial en este nuevo escenario.
Las Neurociencias y la Tecnologías de la Información (TI) pueden considerarse dos de los extremos entre los que se despliegan las teorías acerca del Desarrollo y la Gestión del Conocimiento. Tanto las ciencias de la mente como la TI, han tenido un auge notable durante las últimas dos décadas, lo que ha contribuido a generar más y mejores modelos de gestión del conocimiento y acceso a la información.
Por otra parte, la revolución cultural y social que ha supuesto Internet no tiene precedentes. Sus efectos han alcanzado todas las áreas de nuestras vidas y están cambiando la forma en que las personas nos comunicamos y accedemos a la información en la actualidad. Todo esto ha generado que surjan nuevas formas de producir y gestionar un conocimiento que aparece más cercano, inmediato y transparente. Así, conocer la manera en que nos relacionamos con el conocimiento (desde las bases biológicas que nos permiten acceder a él, hasta la manera en que transmitimos este saber) constituye un paso importante para desenvolverse con éxito en la denominada “sociedad de la información”.
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